La histria de amor jamas contada
- Vaneza M. Angeles.
- 19 may 2015
- 6 Min. de lectura

Todo empezó el verano de hace dos años, durante el cual tuve una salida con mis amigas a un bar. El sábado por la tarde, quede de verme con ellas en insurgentes, la primera en llegar fue Sofía, una de mis mejores amigas y unos minutos después, las demás.
Cuando entramos al bar, recuerdo que tocó un conjunto. Pasó un largo rato para que tuviera ganas de bailar y cuando por fin lo quise, levanté a mis amigas de los asientos y las jale a la pista a bailar.
Bailando, sentí una mirada así que volteé la cabeza y mi sorpresa fue que si me estaban observando, era una chica, muy guapa por cierto, de pelo negro corto, con las puntas color azul. Lo que me intimido un poco fue su mirada, a pesar de tener unos ojos hermosos, su mirada era muy penetrante y al mismo tiempo seductora. De lo nerviosa e incómoda que estaba intenté ignorarla, así que seguí bailando.
Después de un largo rato de bailar, decidí sentarme a tomar agua, junto con Sofí.
No tardo mucho cuando me dí cuenta que en la barra donde sirven las bebidas estaba de nuevo la chica que ya había mencionado, siguió mirándome y eso me incomodo aún más, algo extraño fue de que a pesar de estar nerviosa, sentí un poco de atracción, pues me empezó a gustar la manera en que me vio.
A las 12:50 a.m. mis papás pasaron por mí. No hay mucho que contar del domingo, ya que no hice gran cosa.
El lunes por la mañana fui a la escuela, me encontré con Sofía y le conté lo que había pasado en el bar. Al salir de clases nos quedamos conversando un rato en una jardinera fuera de la escuela, entre risa y risa gire la cabeza por inercia, mi sorpresa fue que al voltear pude notar que no a mucha distancia, estaba la misma chica del bar; solo que esa vez fue acompañando a una chica que iba en mi grupo.
La verdad me sorprendió muchísimo, sentí algo muy curioso en el estómago que no pude contener, no supe que hacer pues en ese momento ella también volteó y vio que la mire, me puse muy nerviosa así que tome mis cosas, me despedí de mis amigas y me fui a casa.
Así pasaron varias semanas; salía del colegio y no había día que no la viera y así pude notar que tenía la intención de hablarme, pero yo hacía lo posible por ignorarla, pues la verdad no sabría que decirle.
Un viernes nos quedamos después de la escuela mis amigas y yo en la cafetería, entre la plática noté que llegó otro grupo de chicas y entre ellas venía la chica junto con su pareja. Me puse muy nerviosa, así que empecé a reírme por cualquier cosa, entre más tonterías, tal vez fue para llamar su atención, pero créanme no fue conscientemente.
Pasó el tiempo, se retiraron tanto amigas de mi grupo, como el del grupo de ella, y solo quedamos Sofí y yo, y en la otra mesa, la chica y su novia.
Pude sentir una actitud de querer darme celos, ya que cada que besaba a su novia, con los ojos abiertos me volteaba a ver a mí.
Al poco rato, se despidieron la chica y su novia, al haberse ido la novia, la chica se paró de su mesa y se acercó a unas mesas de la de nosotras, se sentó de manera que me tuvo de frente, así que por más que quise, no pude evitar su mirada.
Me puse aún más nerviosa cuando Sofí se levantó de la mesa para ir al sanitario, no sabía que hacer ya que la chica en cuanto vio que Sofí se fue, se levantó y avanzó hacia mi mesa. Estuvo a punto de llegar cuando repentinamente sonó mi celular, así que me levanté de un salto, tome el teléfono y me salí a la puerta de la cafetería a contestar.
Era mi madre, así que trate de hacerle la plática en lo que llegaba mi amiga para no sentarme en la mesa. Cuando volteé de reojo para ver a la chica, note que se sentó en la mesa a lado de la mía, expresó la cara un poco desanimada; llegó mi amiga, le dije que había hablado mi mamá y que tenía que irme casa, así que pagamos la cuenta y nos fuimos cada quien a su casa.
Me quede algo inquieta por la chica, pues después sentí un poco de culpa, la cual se hizo más grande durante la siguiente semana, ya que no tuve señal alguna de ella por la escuela ni en la cafetería, podrá parecer una locura, pero empecé a sentir interés por ella, creo que demasiado….
El viernes de la siguiente semana, cuando salí de clases, quedé de acuerdo con sofí para acompañarme a comprar un vestido, ya que tuve una fiesta al otro día, pero surgió inconveniente, así que sofí se tuvo que regresar a casa.
Como iba sola, fui a insurgentes, a la calle de Génova, para después de comprar mi vestido, recorrer la calle y turistear un poco.
Cuando llegué a la tienda, en un parpadeo, se salió mi lente de contacto, de suerte cayó en mi mano, así que saque mi espejo para acomodarlo. Casi me da un infarto cuando al ver al espejo, alcance a ver que atrás de mi venía la chica, sentí el veloz palpitar de mi corazón, por la emoción de verla. Trate de disimular que no la había visto, entonces guarde el espejo, y entre a la tienda.
Como no hubo algún vestido que me encantara fui a la parte de las blusas, cuando estaba en las de color obscuro, sentí una mano en mi hombro derecho, y al voltear, me dijo- estoy segura de que no te quedan los colores obscuros-, a lo que le respondí –¿ y entonces que es lo que me gusta?- con voz un poco tierna y burlona . Tomo mi mano y me llevo a un pasillo de blusas de color claro, sacó una muy bonita, de media manga, con bordado en los hombros, de color rosa tono palo de rosa. Me impresione bastante, ya que es mi color favorito aparte de que la blusa era hermosa.
Me dijo que estaba segura que se me vería perfecta, por lo cual fui al probador. Efectivamente, la blusa se me veía padrísima, así que no lo pensé dos veces y la llevé a caja a pagar.
Llegamos a la caja, antes de poder sacar mi cartera, ella sacó primero la suya, sacó dinero y la pagó. La verdad me incomodo un poco ya que no me gusta que paguen mis cosas y menos una desconocida.
La verdad me sentí muy intimidada, entonces le dije que como podría pagárselo, a lo cual respondió que con una cita era más que suficiente. Como estaba muy agradecida, no pude decirle que no, así que quedamos para ir a cenar.
Al otro día, estaba muy nerviosa, no sabía que ponerme o como vestirme, pero al final me puse lo que mejor quedaba para lo ocasión.
Tuvimos una cita muy romántica y nos pasamos todo el día hablando de nuestros intereses.
Estuvimos saliendo por más de 4 meses, hasta que un tres de enero, me pidió tener más que una simple amistad, sentí confusión porque no sabía que había pasado con su pareja, pero después de comprobarme que ya había terminado con ella, quede tan emocionada y convencida por lo cual por supuesto que no me negué. Me sentí extraña a decir que si, pues era muy raro que yo tuviera una relación gay, pero aun así me sentía muy enamorada.
La relación fue de lo más romántica, intensa, pasional, tierna…. en fin, creo que fue la mejor relación que pudo existir, tal vez mejor que la de Romeo y Julieta.
Todo iba perfecto, hasta que se enteraron mis papas, por supuesto que no lo aceptaron, así que me dieron de baja en la escuela y nos mudamos a Europa. Me sentía con el corazón partido, ya que ni siquiera me pude despedir de ella ni explicarle, ni siquiera verla por última vez….
Hoy es doce de febrero del 2015, ya han pasado dos años desde que regrese a México, y aún sigo pensando en ella, y sé que sufrió tanto como yo todos estos años y como de seguro se estarán preguntando porque nunca dije su nombre, es para no causarle problemas.
Solo espero este bien y si alguna vez llega a leer esta historia, sé que sabrá que se trata de la nuestra. Aun te recuerdo con mucho cariño y amor, espero que algún día el destino nos vuelva a juntar….
FIN
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