Enamorada por primera vez

México, D.F. a 17 de diciembre de 2013 Querido Guillermo: Te voy a explicar porque rompimos. En esta carta te contaré la verdad de nuestra despedida y la maldita verdad es ... Para que entiendas, me veo obligada a contarte nuestra historia y tal vez a llorar. Era un día soleado y yo tenía un buen presentimiento. Ese día iba a ser increíble y claro, eso era porque había hecho planes con mis dos primas favoritas. Íbamos camino a Seahorse, un bar en la Condesa y sinceramente yo me sentía demasiado nerviosa porque en ese mismo bar estarían unos amigos de mi prima Sofía y tú. Llegamos y al entrar lo primero que vi fue a ti acercándote a saludarnos. Cabe decir que eras el más guapo en ese lugar y fue inevitable sonreír al escucharte. -Hola Maca- dijiste con una voz tan masculina cuando Sofía nos presentó. Recuerdo que yo no podía ni hablar, tal vez porque eras casi perfecto, alto, delgado con brazos fuertes y bronceados, tez apiñonada y suave, cabello castaño y ondulado, ojos color café tan oscuro que parecen negros con unas pestañas bonitas, una voz inigualable que cuando escucho me hace sentir tantas cosas a la vez y esa playera Benetton roja que tanto me gusta como se te ve con el aroma de esa loción que me hace volar; y digo que eras casi perfecto porque estabas algo "contento" por no decirte beodo. Nos mirábamos fijamente y sonreíamos pero no nos decíamos nada y creo que no era necesario ya que a veces las miradas dicen más y tú y yo nos estábamos diciendo todo. A mi lado, se encontraba Enrique (el que ahora sé que piensas que es nefasto), él desde tiempo atrás en una noche colonial de La Salle me había dicho que le gustaba pero a mi jamás me habrían dado ganas de salir con un tipo como él y menos con esa voz de niña que tiene, así que sólo como amigo estaba bien y eso nunca lo entendiste Memo y por eso rompimos. Ya estaba anocheciendo y todos estábamos conviviendo perfecto ese 28 de febrero. Conocí a una niña agradable (Alejandra), tu amiga de la que a veces sentía celos, Enrique no dejaba de hablar, me mirabas y debo decir que me agradó verte mejor porque ya no habías bebido nada y fue ahí cuando ... Enrique se dio cuenta de todo y repentinamente arrojó una cerveza hacia ti, te paraste furioso y en ese momento se me fue la respiración, comenzaban a insultarse y yo pensé que se golpearían hasta que pude calmar a Enrique y decidió despedirse para retirarse pero al momento de despedirse de mí, intento besarme a la fuerza y ​​me defendiste Memo, desde ese momento estuve agradecida contigo.

Faltaban aproximadamente dos horas para que fueran por nosotras y no sé en qué momento apareciste enfrente de mí, tan galán como siempre. Pero, por cierto, que no se me olvide recordarte que ese día estabas casi llorando por alguien más (Liz) y pude escuchar algo cuando estabas contándole a Alejandra; al tenerte enfrente lo único que se me vino a la mente fue ... -¿Quién Es la que te está atormentando tanto al punto de hacerte sacar lágrimas? -dije Con una voz demasiado tímida. -Ya No es nadie, sólo un capítulo más en mi vida que debo superar y que ya no tiene caso recordar porque enfrente de mí tengo a alguien que ansío conocer -respondiste con una linda sonrisa. 9 Me sonrojaste así como lo hiciste los próximos meses.

Esa noche fue especial, empezamos a hablar de nuestras vidas y tomaste mis manos, eso me hizo sentir confianza y la plática fue cada vez más amena. Jamás olvidaré lo que me contestaste al contarte la historia de mi último noviazgo "Pero ya no recuerdes eso, ya verás que llegará alguien que te quiera de verdad porque eres una chica increíble, ya lo verás". Al fin llegaron por nosotras y nos fuiste a dejar hasta la camioneta, abriste la puerta y al despedirnos me estrechaste muy fuerte, la verdad es que no quería que ese abrazo terminara... Entré a la camioneta sabiendo que después de ese día nada en mi vida sería igual, Memo, porque desde ese momento dejaste huella. Llegando a casa ya me habías buscado en todas la redes sociales posibles, te acepté pero no nos mandábamos mensajes. Pasaron dos días y llegó tu cumpleaños número 19 así que aproveché y te mande un mensaje a las 12:00 am, fue desde entonces que conversábamos todo el tiempo que era posible. Fuiste algo parecido a una luz en un túnel totalmente oscuro, llegaste a alegrar mis días, todo el tiempo estaba de buen humor pues pensaba sólo en nosotros y todo lo que teníamos en común. Ahora quiero recordarte algunas fechas: Nuestra primera cita el día 21 de marzo, fue de lo más divertido pasar ese día juntos recorriendo varios lugares de la condesa y tomando té con tapioca. Nuestro primer beso el día cinco de abril en un lugar divino llamado "El Jardín del corregidor", ese beso con sabor a helado de chocolate que habíamos deleitado, ese beso que me puso la piel chinita. Mi corazón latía al mil cuando te acercaste a mi oído y susurraste "Me encantas Maca" con una canción que se te ocurrió en el momento.

Las primeras flores que me obsequiaste el día 30 de abril, yo llegué de clases a mi casa y te encontrabas parado en la puerta principal. El día que me pediste que fuera tu novia el día cinco de mayo en mi restaurante favorito. Y por último el peor y mejor de todos los días, aquel en el que me entregué por completo a ti, el día 29 de diciembre. Memo, el tiempo que estuvimos juntos no sé si se te haya olvidado pero todo ese tiempo fue lleno de alegría, besos, abrazos, sonrisas, celos, y sobre todo amor. Ahora, ¿sabes cuál fue la verdadera causa de ahora estemos separados? La inseguridad y celos que no te dejaban descansar en paz cuando yo salía a algún lugar con mis amigas y mis primas, cuando iba a alguna fiesta familiar, esos celos que te mataban por dentro y te hacían imaginar mil cosas que jamás pasaron, esa inseguridad que tienes y que no sabes cómo controlar porque yo jamás te di motivos para desconfiar de mí y por eso rompimos. Deo confesar que jamás pensé extrañarte de esta manera Memo. Extraño el horroroso sonido de tus manos al caer sobre la mesa cuando hablas, extraño verte de frente y percatarme de ese lunar que está en tu ceja izquierda (al cual le puse mi nombre), extraño el aroma de tu loción que se quedaba en mi ropa, ir a tu casa y ver películas abrazados, extraño tocar tu cabello, comer juntos un tartufo con helado, caminar tomados de la mano sin rumbo alguno, extraño abrazarte, extraño que me enseñes a jugar ajedrez, que me hables de tu restaurante favorito "Au pied de cochon", extraño escuchar tu escandalosa risa que nunca te ha gustado pero que a mí me encanta, mirarte a los ojos y sentir que todo está bien, extraño hasta lo más ridículo como elegir los asientos del cine o el restaurante en el que comeríamos, extraño todos los días que vivimos juntos, TE EXTRAÑO A TI. Puedo escribir un libro narrando cada día que compartimos, cada plática, cada beso que fue diferente, cada chiste malo que me contaste, cada detalle que tuviste e incluso puedo escribir hasta dos libros de nuestra historia. Sólo tú y yo sabemos todo lo que hubo entre nosotros pero no escribiré esos libros porque quiero que esta sea la historia de amor jamás contada. Estoy segura que nos faltan muchas cosas por vivir juntos, nunca entendiste que yo siempre estuve sólo para ti, que era tuya, que no pensaba en nadie más que no fueras tú y por eso rompimos. Ahora espero que al leer esta carta te haya hecho revivir todas esas fechas y los demás momentos que no mencione. PD: Nos conocimos por casualidad, como se conocen los grandes amores, y si nos volvemos a ver quiero que sepas que no perderé la oportunidad de abrazarte Memo. Te quiere, Maca.