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AMOR ETERNO

  • Gabriela G. Serrano
  • 19 may 2015
  • 11 Min. de lectura

gaby.jpg

La mañana era cálida, los pájaros cantaban. Dentro de

mí los sentimientos estaban

mezclados. Eran las 8:30 horas, el agua hervía en una olla

vieja y oxidada, raspé la

azucarera para sacar los últimos residuos de azúcar que quedab

an y preparé un café.

Al terminar mi desayuno, fui al patio trasero. Le cort

é las más bellas flores que pude

encontrar en este jardín abandonado, no cualquier ramo.

Eran sus preferidas, rosas rojas, la

quería sorprender.

Antes de salir me puse un sombrero negro y viejo, me miré

en el espejo y observe aquel

reflejo de un viejo solitario aturdido por la nostalgia,

salí a la calle directamente me dirigí

hacia donde ella está , cuando llegue entre y me senté a

su lado, llevaba conmigo las rosas y

su libro favorito. Aquel libro que prometí leerlo para ell

a todos los días, su historia favorita.

II

Era el año de 1898, una pequeña niña comenzó a llorar. Pasaba

por una terrible perdida.

Esta perdida la dejo huérfana, sus padres murieron en un trá

gico accidente.

Su tía, la más cercana a ella optó por adoptarla y ac

ogerla en su familia. Alicia, su tía,

quería que Rosa acompañara a su único hijo, Rafael, a enfrent

ar la vida que dios le otorgó.

Rafael era invidente y su prima le acompaño hasta la adol

escencia, ella le mostró el mundo

a través de sus ojos, el tiempo que pasaban juntos hizo co

mprender a Rafael que sentía un

gran afecto por su prima, algo que llamaban amor.

A pesar de que Rafael no podía ver, apostaba que Rosa era la

mujer perfecta, no obstante,

Rosa creía que el estaba equivocado, pues ella no era guapa

y ella misma se despreciaba.

III

En el verano de 1910, una mañana cualquiera como de costumbr

e Rosa se levantó muy

temprano, se puso un vestido amarillo floreado, se trenzó

el cabello y salió al jardín, cortó

sus flores favoritas y ordenó delicadamente un florero es

pecial para la habitación de Rafael.

Mientras lo acomodaba dio un gran suspiro a ella le gus

taba mucho su primo aunque sabía

que estaba mal, esto no impidió que ese día cambiara su vid

a.

C

uando entro a la habitación de Rafael, se sorprendió, pues

el no se encontraba ahí, en la

habitación había una mesita junto a una ventana que tenía una

espectacular vista hacia el

lago. En esta mesa puso las flores que tenían un grandioso

olor. Una sensación extraña

recorrió su cuerpo.

-¡hola!-le dijo Rafael nervioso.

-hola, ¿dónde estabas?

-buscándote, quiero compartir algo contigo.

-¿que, de que se trata?

-ya lo sabrás te encantara.

-¡eso espero!-Rosas le sonrió alegremente.

-¡Espera! ¿Qué es ese magnífico olor?- Rafael se le ac

erco más a Rosa, la tenia arrinconada

en la ventana y temblando ella le contesto.

-Son las rosas que corte hoy para ti. ¿Te gustan?

-Sí, muchas gracias, confundí su olor con la exquisita e

sencia de tu cuerpo, apuesto a que

estas son tan hermosas como tú, estas flores hacen h

onor a ti, coincidencia que llevan el

mismo nombre.

-

C

réeme, solo en algo tienes razón, estas flores son pr

eciosas, pero ¿yo, hermosa?, te

equivocas. Solo un ciego diría eso.-Rafael soltó una car

cajada y dijo,- que ironía, ¿no

crees? Rosa, tal vez yo no pueda ver el reflejo del que t

odas las mañanas te avergüenzas,

pero el estar ciego te da el don de conocer a una persona v

erdaderamente, más allá de lo

físico, pero, yo no vine aquí a darte lecciones de autoest

ima. Yo vine hasta aquí a pedirte

que me acompañes a un paseo en bote por el lago. ¿Qué dice

s, vienes?

-muy bien acepto, solo porque me gusta esa forma en la que

me pides las cosas -contesto

bromeando Rosa.

-¿te pone nerviosa? preguntó Rafael.

-si, por supuesto.

-quisiera ver la expresión de tu rostro, quisiera ver cuál

es son las reacciones que producen

el amor.

-Rafael, ¿tú me amas?-Rafael acercó sus manos al rost

ro de Rosa y beso muy despacio sus

mejillas.

-¿me acompañas al lago?- le pregunto de nuevo Rafael.

-

C

laro que sí.

Rosa tomo sus manos y lo llevo hasta donde el bote se en

contraba, subió a este y ayudó a

Rafael a bajar, ella tomo los remos y comenzaron a

alejarse de casa.

IV

Recorrieron una gran distancia hacia el horizonte y

en medio de la nada a Rafael le pareció

el lugar perfecto para preguntar.

-La brisa del agua, ¿siempre es así?

-si- contesto Rosa.

-¿y cómo es?

-¿cómo es que?

-¿El agua... y la brisa?

-Bueno dicen que el agua es inodora, incolora e insabora.

Yo creo que el agua es un color

azul profundo y transparente a la vez que te atrapa, tambi

én tiene el olor más fresco y el

sabor más puro. La brisa es algo que no puedes ver pero cierr

as los ojos y lo puedes sentir.

-¿

C

ómo el amor?- preguntó inocentemente Rafael.

-Si, como el amor.

-Bueno el propósito de este paseo en bote es para

darte las mejores noticias que eh escuchado en mi

vida.

-dime que es- le respondió Rosa

emocionadamente.

-Este fin de semana mi madre y yo iremos a la

ciudad, unos doctores experimentaran conmigo,

me harán una cirugía en los ojos y si la cirugía

sale exitosamente podré recuperar la vista.

Rosa quedo anonadada, no sabía que responder

ella estaba feliz por Rafael porque por fin

cumpliría su sueño de poder ver, pero a la vez no

quería que esto sucediera, ella temía que Rafael

la despreciara y solo contesto un frío “me alegro

por ti”.

V

La semana se fue volando el fin de semana llego,

Rafael y Alicia partieron a la ciudad. Rosa se

quedó sola en casa reflexionando y pensando que

le depararía el destino ¿y si Rafael no la quería de

verdad? ¿Y si él se asustaría?

No imaginaba la gran decepción que se llevaría Rafael al ve

rla físicamente, mientras estaba

sola, se miró al espejo. El miedo se apodero de ella, dec

idió huir y así Rafael jamás la vería.

Tomo un bote del muelle que estaba en la orilla del lago, c

on lágrimas en sus pupilas, Rosa

remo hasta alejarse de casa y no volvió.

No quería arriesgarse a asustar a Rafael y pensaba que él

se merecía algo mejor.

C

on el paso del tiempo el remordimiento se apoderaba de su

consciencia pero no se quería

resignar a ser infeliz.

VI

Mientras Rosa escapaba, en la ciudad, una exitosa cirugía

de la vista era la noticia de la

primera plana: “Joven afortunado obtiene lo más anhelado

en su vida”, “un par de genios

rusos le obsequian a joven el mejor regalo de su vida”.

Rafael podía ver, con tecnología del siglo XX la cirug

ía fue exitosa, lo primero que observo

fue la hermosa vista que tenía hacia afuera la ventana del

hospital. Después vio a su madre

y en ese momento se sintió agradecido eternamente.

VII

Después de la operación Rafael y Alicia decidieron regresa

r a casa, Rafael ansiaba llegar y

ver lo que realmente amaba .Su prima.

Un largo viaje emprendieron y cuando por fin llegaron a

casa, Rafael estaba muy

emocionado y maravillado de lo grande y hermosa que era su c

asa y el lago que bañaba la

orilla de esta.

C

ontento, corrió al interior de su casa y recorriendo t

odos y cada uno de los

cuartos, pero no encontró a Rosa.

Mientras Rafael se preguntaba donde estaba su compañera e

lla se encontraba perdida en el

puerto de la ciudad donde por un par de monedas intercambio un via

je a Londres en un

barco pesquero, creyó que era lo mejor para ambos. Que ell

a nunca volviera y Rafael la

olvidaría con el transcurso del tiempo.

Mientras tanto Alicia encontró una nota de Rosa para Ra

fael que decía.

“Gracias por todo pero quiero que seas feliz aunque estés l

ejos de mi vida” –ROSA.

VIII

Alicia decidió que era mejor que Rafael nunca se entera

ra que Rosa escapo por vergüenza

y miedo, así que oculto la nota y dejo a su hijo con la espe

ranza de algún día volver a verla.

Alicia decidió que Rafael debería de comenzar una nueva

vida y que el comenzara a

estudiar para formarse y ser en un futuro un hombre de bien.

Mientras tanto, Rosa se prometió que al llegar a Londres

le mandaría cartas a Rafael

constantemente para no parecer desgraciada.

IX

4 años después de lo sucedido, Rosa estaba establecida en L

ondres, por las mañanas

estudiaba enfermería y por las noches trabajaba en una ca

fetería como mesera. El dinero

que ganaba no le era suficiente para subsistir, pero para

esto se esforzaba mucho en sus

estudios.

C

ada mes Rosa le mandaba una carta a Rafael.

C

ada carta que llego a casa de Alicia, ella

las destruía, no quería que Rafael volviera a pensar en Rosa

y arreglo un viaje de

intercambio de estudios para Rafael a donde el menos se i

maginaba.

X

Las maletas de Rafael estaban listas, el ya no era m

ás el mismo joven que solía ser, ya era

todo un hombre. 20 años cumplidos y con la iniciativa de

estudiar, se enteró de que se iría a

Londres a estudiar, pensó que era una magnífica idea pues quería

conocer lugares nuevos y

algún día volvería a su patria para trabajar ahí y con s

u conocimientos aportar mejoras a la

salud de su país, pensaba en el poder operar a cualquier person

a invidente y otorgarles el

don de poder ver lo que se estaban perdiendo.

XI

Rafael se estableció en Londres el estar ahí lo hacía

sentir afortunado pues cuando era niño

nunca pensó estar fuera de su país, ni mucho menos lejos de

su madre y Rosa.

Rafael decidió que era mejor comenzar de nuevo, -ella nu

nca se preocupó por mí- pensaba

él.

El primer amor jamás se olvida, pero el primer amor traic

ionero jamás se perdona.

-La próxima vez que me enamore, me asegurare de no dejarla

ir. –pensó.

La carrera de medicina duraba más de cinco años con una e

specialización, en la universidad

Rafael se sentía abrumado, no conocía a nadie y la s

oledad era su nueva compañera.

Por su parte Rosa se veía irreconocible a cuando tenía 14 añ

os, era más alta y delgada su

piel era muy blanca y lo más impresionante eran sus oj

os verdes que cada vez eran más

hermosos.

A pesar de los cambios que ambos habían tenido, su pasado nunca

cambio y nunca

cambiaria, pero el destino estaba escrito y sus caminos

se volverían a cruzar.

XII

En 1914 la guerra estallo en Europa occidental, y estaba en

crisis, muchos soldados estaban

heridos, y algunas personas se ofrecían voluntariamente

para auxiliarlos, entre todas estas

personas, había estudiantes de medicina y enfermería entre

los cuales se encontraban Rosa

y Rafael.

Rosa auxiliaba en área de soldados que no estaban gravemente

heridos. Rafael por su lado

atendía a los soldados que necesitaban atención urgente.

En una ocasión Rafael decidió

apoyar otras áreas y supervisar a las enfermeras ya que se

había enterado que algunas de

ellas trataban mal a los soldados.

Durante su recorrido observo a una noble chica que atendía a

los soldados posibles se dio

cuenta que era muy solidaria y atenta con ellos y su im

presión fue tan grande que se ofreció

a ayudarle, ya que era el turno de la noche y se encontrab

a sola y le dijo:

-Hola ¿necesitas ayuda?

-Sí, muchas gracias por ofrecerte.

Mientras ayudaban a los heridos él le preguntó...

-¿Por qué no te has ido a casa como todas las demás?

-Por qué no tengo a nadie que me espere en casa.

-No te preocupes ya somos dos, yo solo tengo a mi madre, pe

ro está lejos de aquí.

-tu por lo menos tienes a tu madre, yo no tengo a nadie

en este mundo.

-Y acaso, ¿no tienes novio?

-¡hay no! ¿Que no me has visto? ¿Acaso te estas burla

ndo de mí? ¿O acaso eres ciego?

-Es gracioso que lo menciones pero algún día lo fui, lit

eralmente

-y tú, ¿no tienes novia?

-No, no eh vuelto a encontrar a una chica de bellos sentim

ientos como la que conocí alguna

vez, años atrás.

En ese momento llego un soldado con un compañero gravemente

herido. Rafael le pregunto

al soldado.

-¿Qué fue lo que le ocurrió a este hombre?

El soldado le explico que mientras estaban en combate exp

loto una granada muy cerca de

él.

Rafael lo examino, y se dio cuenta que posiblemente podría

estar ciego y que tendrían que

operarlo de urgencia.

XIII

Rafael decidió operarlo, pero se dio cuenta de que no podía

hacerlo, así que decidió pedirle

ayuda a la enfermera que conoció esa misma noche, ella ac

epto gustosa ya que su vocación

era ayudar a los demás

Durante la operación, el notó un peculiar aroma, extraña

mente recordó a Rosa en ese

momento. Siguiendo sus instintos se dio cuenta que ese arom

a provenía de su noble

ayudante.

XIV

A la mañana siguiente Rafael se quiso asegurar de que la

operación fue todo un éxito, así

que decidió retirarle las vendas al soldado operado.

Fue a buscar a la enfermera para compartir con ella su

éxito, y afortunadamente así fue.

Todo salió como él lo esperaba, el soldado recupero la vi

sta y estuvo eternamente

agradecido con Rafael y la enfermera que le ayudo.

Al salir de la habitación Rafael decidió invitar a cenar

a la enfermera para celebrar.

XV

Rafael invito a la enfermera a un restaurante que quedaba

cerca del hospital, mientras

cenaban, continuaban la conversación que quedo pendiente la n

oche anterior, Rafael le

pidió que le contara más sobre ella.

-¿de dónde eres?- comenzó la plática Rafael

-vengo de un pueblo muy lejos de aquí, del cual no importa su n

ombre y del cual hui hace

cuatro años por cuestiones amorosas, y tu ¿de dónde eres?

-Yo tampoco soy de aquí, también vengo de un pueblo lejano pero y

o vine aquí a estudiar

medicina, pero quisiera conocer tu decepción amorosa.

-En realidad nadie me decepciono, yo decidí alejarme de

esta persona por su bien.

-¿Por qué por su bien?

-Por qué él decía amarme sin conocerme verdaderamente ya

que era ciego y era imposible

que amara a alguien que nunca había visto.

En ese momento Rafael la reconoció y se dio cuenta que

era su amada Rosa

-No te había dicho antes que el estar ciego te da el don de

conocer a las personas más allá

de lo físico.

Rosa quedó sorprendida, ya que no era la primera vez que e

scuchaba esa frase, sus pupilas

se inundaron. De nuevo encontró a ese amor que creía per

dido.

Rafael le cuestiono el por qué lo abandono.

-Pero Nuca me olvide de ti, por que durante 4 años cada mes te

escribí una carta para saber

de ti y tú jamás me contestaste, Rafael.

-pero esas cartas nunca llegaron a mis manos, tal vez

mi madre las escondió pues no

aceptaba nuestra relación y quería que te superará ,pero eso

no significa que halla dejado de

quererte un solo día,

XVI

Después de una larga charla ambos se dieron cuenta que su de

stino es estar unidos y

prometieron que jamás se alejarían de nuevo.

Ambos terminaron su carrera y decidieron volver juntos

al hogar donde nació el amor y

darle noticias a Alicia de su futura boda.

Llegaron a casa y Alicia no podía creer lo que sus ojos v

eían, Rosa y Rafael estaban juntos

de nuevo. Después de una larga explicación, Alicia se dio c

uenta que no podía hacer nada,

este amor era muy fuerte y ella quería ver feliz a su hi

jo.

Alicia decidió entregarle a Rafael todas las cartas envi

ada por Rosa. Las leyó todas y cada

una de estas cartas y efectivamente dio cuenta que Rosa j

amás dejo de amarlo y el a ella.

XVII

Su vida juntos fue larga, todo estaba de maravilla, sin emba

rgo al llegar a la edad de 50

años Rosa desarrolló una enfermedad, esta enfermedad no le

dejaba recordar su pasado ni

entender su presente, Alzheimer era esta enfermedad. Lo últ

imo que Rosa me pidió que

hiciera fue contarle esta historia a nuestros hijos para

que nuestro hijos se la cuenten a

nuestro nietos, sus últimos años de vida la cuide con todo

mi amor, murió joven.

Aún no eh podido superar su muerte y por esta razón vengo a

verla todos los días, con un

ramo de sus flores favoritas y este libro, su libro fav

orito.


 
 
 

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