“La historia de amor jamás contada.” ♥
- Yara P. Garcia
- 19 may 2015
- 34 Min. de lectura

Bea, una chica de 16 años tenía una vida común, vivía con sus padres y su hermana Lena de 14, estudiaba el primer año de preparatoria en una escuela que no era de su agrado, sin embargo era su tercer año ahí. Estaba en esa escuela debido a su mal comportamiento en su anterior colegio, razón por la cual sus padres decidieron inscribirla a un colegio que ya se había ganado el prestigio de tener reglas estrictas, y un gran enfoque en la disciplina de sus alumnos.
Ella ingresó a ese colegio para terminar el tercer año de secundaria. Era la chica nueva, y no se sentía muy cómoda, pues estaba acostumbrada a tener libertad, a estar en un grupo de pocos alumnos -15 a lo mucho-, y en este nuevo lugar, eran mínimo 40 alumnos por salón, y se sentía restringida. Le costó mucho trabajo hacer amigos, consiguió entrar en un grupito de amigos que no eran muy sociables, no hablaban mucho, y estaban muy concentrados en sus estudios, por lo que ella ponía atención a sus clases y se preocupaba por entregar trabajos y tareas a tiempo. En el trascurso del año ella logró simpatizar con la mayoría de su salón, a ella le llamaba la atención ver cómo todos se dividían por grupitos que tenían gustos en común ya fuera música, gustos por la lectura, o dependiendo las personalidades de cada alumno. Hubo un grupito en especial que le llamó muchísimo la atención, no sabía exactamente por qué, pero le llamaban la atención. Ese grupito estaba conformado por 7 amigos: 4 chicas y 3 chicos, cuyos nombres eran Frida, Sophia, Christina, Lía, Kendall, Jean, y Beck. No se sabía con certeza sin entre ellos existían amoríos, o eran simples amistades; a mitad de año, todo el grupo supo que Lía y Kendall estaban enamorados mutuamente, y poco tiempo después comenzaron una relación.
Bea comenzó a llevarse bien con ese grupito pero sin llegar a ser realmente amigos. El año estaba por terminar y el colegio recibió una invitación para que sus alumnos asistieran a un curso para presentar su exámen de COMIPEMS, todos los alumnos fueron, y mientras estaban formados para ingresar a las instalaciones en dónde sería el curso iban encontrándose en la fila; Cuando Bea llegó al primer grupo de su colegio que encontró fue el de Lía, así que se acercó y se quedó con ellos mientras entraban al curso, poco después llegó Kendall, y saludó a todos los que estaban ahí. A Bea le caía muy bien Kendall, le parecía muy simpático y agradable, además la hacía reír muchísimo. Bea y Kendall tomaban clases de inglés juntos, por eso tenían un poco más de cercanía.
Cuando entraron, les iban poniendo una etiqueta, con el número del salón en el que les tocaba. A la mayoría les tocó en diferente salón, únicamente a Bea y Kendall les tocó juntos, pero como Lía quería estar con su novio, cambió su etiqueta por una con el número del salón en el que estaba Kendall.
Una vez en el salón, a Bea le encantaba ver la pareja de Kendall y Lía, pensaba que eran muy tiernos y que hacían una hermosa pareja.
El año escolar terminó, y Bea, decidió irse a una escuela que estaba asociada con la secundaria en la que ella estaba, pues le daban un pase sin necesidad de hacer exámen. No sabía con exactitud quién de su salón se quedaría también en la preparatoria con ella.
Pasó el verano, y ella salió de vacaciones con su familia, y disfrutó muchísimo antes de regresar a clases.
Cuando inició el curso escolar, ella llegó a la Preparatoria y se encontró con que la mayoría de su anterior salón estaba también en el nuevo. Se sorprendió muchísimo al ver a Lía y a Kendall ahí. También había alumnas que ella no conocía, que eran nuevas. Cuando entraron al salón se desató una ola de gritos, saludos, amigas abrazándose, corriendo por los huecos de las sillas y las mesas y chicos chocando las manos. Vio también a Linette, una de sus amigas con las que solía pasar el tiempo libre en la secundaria. Y fue directamente con ella, pues se sentía más cómoda estando con ella que con los demás.
Mientras pasaban los días Bea se iba acercando un poco más al grupito de Lía. Sophia, Christina y Beck se habían cambiado de escuela; También conoció a Hannah, una estudiante de nuevo ingreso. Sin darse cuenta, ya era mitad de año, y Bea había dejado de llevarse con Linette para encajar en el grupito de Lía y Kendall.
Ellos no eran como su anterior grupo de “amigos”, era todo lo contrario, siempre estaban riéndose, jugando, platicando, comiendo, y haciendo desorden en el salón. Bea siempre había sido así, solo que el año anterior no se sentía cómoda en la escuela, por eso se cohibía. En el transcurso del año, Lía y Kendall habían tenido muchísimos problemas, y todo empezó por que él tenía una amiga en otro estado, y siempre en vacaciones la visitaba, o ella a él, se querían mucho, y hacía ya bastante tiempo que ambos se confesaron que se gustaban, sin embargo nunca habían tenido un relación como tal, Lía trataba de no darle importancia, pero él siempre sacaba a su amiga a tema. Un día, en una fiesta de 15 años, a la que los dos estaban invitados, tuvieron una fuerte pelea. Kendall estaba muy enojado por lo que hizo Lía aunque sabía que también él había hecho mal, pero la amaba muchísimo, y ella a él, y se perdonaron. Así siguieron las peleas continuamente, su relación ya no era tan linda y tierna como antes, siempre estaban discutiendo, peleando y solo por momentos se abrazaban, o se besaban.
Kendall tomó la decisión de terminar su relación con Lía, esto ya había sucedido unas cuantas veces antes, pero siempre regresaban, aunque ahora él decía que era definitivo. Esto devastó a Lía y sorprendió mucho a todos sus amigos. Bea ya era muy amiga de Lía, al igual que Hannah, eran un trío inseparable; Hannah y Bea estuvieron siempre apoyando a Lía, y sabían que el hecho de que ellos terminaran era la mejor decisión.
Bea no quiso sólo inclinarse hacia Lía, pues Kendall también era su amigo, así que se acercó también a él, le mostró su apoyo y, al igual que a Lía, le hizo saber que esa era la mejor decisión para ambos.
Pasaban los meses y ellos iban “superándolo”, se hablaban como amigos, empezaron a salir con más personas, etc. Kendall no era muy atractivo, sin embargo tenía muchísimas admiradoras, Lía por el contrario era muy bonita, y también tenía unos cuantos amigos interesados en ella.
Bea tenía una amistad muy linda con ambos, y había tratado de no cambiar con ninguno después de su ruptura. Kendall y Bea se llevaban mucho mejor que antes.
Todo el grupito de amigos: Bea, Kendall, Lía, Hannah, Frida y Jean habían empezado a llevarse bien con un grupito de amigos que estaban también en la preparatoria, y a uno de los chicos de el otro grupito, cuyo nombre era Paul, le gustaba Bea, pero a ella no le interesaba. Cuando estaba con ellos, Paul siempre le decía a Bea cosas bonitas, y trataba de tomarle la mano. Kendall se percató de esto, y conocía muy bien a Bea, por lo tanto también se dio cuenta que a ella no le gustaba que Paul hiciera eso. Y un día que estaba platicando, entre broma y broma Paul dijo -El día que Bea se mi novia…-
- Cálmate con ella que es MI novia, ¿Verdad amor?- dijo Kendall en un tono de broma sin dejar que Paul terminara su oración, pues ya había volteado a ver la expresión de Bea, y se dio cuenta que no le había causado gracia alguna el comentario de Paul.
Bea soltó una risita y asintió con la cabeza, Kendall ya había rodeado la bolita para acercarse a abrazarla. Todos voltearon a verlos, y también se rieron, pues sabían que era broma. Para suerte de Bea, Lía había salido de vacaciones con su familia, y faltó una semana a la escuela, pues ella sabía que aún no superaba del todo su relación con Kendall. La plática siguió entre todos, y Paul no volvió a hacer comentario alguno sobre Bea.
Así pasaron los días y Kendall bromeaba con Bea, le decía “Amor” o algún tipo de apelativo cariñoso en tono bromista. Y así se le quedó de costumbre, aún cuando Lía ya estaba de vuelta en la escuela, y a ella no le molestaba.
El semestre estaba por terminar, y empezaban los exámenes, todos estaban muy presionados, pues querían sacar buenas calificaciones. Kendall, Lía y Bea iban juntos a “acción social”, una actividad escolar obligatoria, iban a una casa hogar.
Un día que llegaron a la acción social, los pusieron a acomodar la nueva despensa que acababa de llegar a la casa, al terminar, ya era la hora de irse, y empezaron a bromear con una lata de duraznos, a Kendall y a Bea se les había antojado, Lía también quería, antes de salir, fueron por las mochilas y regresaron a despedirse, y decidieron tomar una de las tantas latas de ate. Kendall la guardó y se fueron a casa.
Al día siguiente en la escuela querían abrir la lata, pero no tenía “abre fácil” y decidieron ir a la cafetería a ver si tenían un abrelatas que pudieran prestarles, pero no hubo. Por fin pudieron abrirla, y le invitaron al resto del salón, ellos ya no alcanzaron. Días después, mandaron llamarlos de la dirección, y en las escaleras ellos iban bromeando con la situación de los duraznos.
–Ahorita nos van a regañar por traernos unos duraznos- dijo Kendall entre risas.
-No seas bobo, ni siquiera saben- le respondió Bea, que ya se había preocupado, pues no habían hecho nada malo como para que los llamaran de dirección.
-¡Ya cállense!- exclamó Lía molesta y aún más preocupada.
Cuando llegaron a dirección, les pidieron que entraran al salón de juntas y esperaran a que llegaran ahí, fueron al salón donde ya estaban acomodadas sus sillas, y frente a ellas, 3 más. Se sentaron a esperar, y minutos después entró la directora, la encargada de acción social, y la prefecta.
Les preguntaron cómo estaban, cómo les iba en su acción social, y algunas cosas más. Después les dijeron que les habían llamado de la casa hogar para reportarles que se había perdido una lata. Ellos se hicieron los desentendidos, hasta que muchas preguntas después, Kendall confesó que sí, ellos la habían tomado. Les dijeron que eso era “robo” y que hablarían con el consejo y tomarían una decisión, les dieron también un citatorio para sus papás. Tenían que presentarse al día siguiente en la escuela.
La mañana siguiente llegaron con sus papás, y después de una larga y tediosa charla decidieron que serían suspendidos una semana y cambiarían a 2 de acción social. Esto les afectó bastante en la escuela, pues era semana de exámenes.
Uno de los días en los que estaban suspendidos, Bea fue a la salida de la escuela a ver a Hannah, que ya era su mejor amiga. Hannah salió con Frida, y corrió a abrazar a Bea. Estaban platicando las 3 y Bea les confesó algo que las dejó con la boca abierta.
-Me gusta alguien- dijo Bea
-¡Por Dios! ¿Es de la escuela?- le preguntó Frida –Puede ser- respondió ella.
-¡Eso es un sí!- gritó con alegría Hannah- ¿Quién es?- continuó.
-¿Jean? ¿Paul? ¿Frederick?- preguntaba Frida impaciente. –Ninguno de ellos.
-¿Alexander?
-No
-¿Christopher?
-No
-¿Louis?
-No
-¿Kendall?
Bea se quedó callada, pero mostró una gran sonrisa al escuchar su nombre. Hannah y Frida comenzaron a gritar y a saltar. -¡Lo sabíamos! ¡Lo sabíamos!- dijeron al unísono.
-Pero, ¿Por qué él? ¿Qué le viste? ¿Si sabes que es ex novio de Lía, verdad?- comenzó a interrogarla Hannah.
-Sí, si lo sé- aclaró Bea- Pero no sé, o sea, no es que me guste él, él, él, bueno, me refiero a su físico, creo que me gusta su forma de ser, su manera de pensar, y la manera en que trataba a Lía, no cuando ya peleaban, si no cuando todo era miel sobre hojuelas entre ellos.- continúo, con una gran sonrisa en el rostro.
Sus amigas sonrieron también, ambas se voltearon a ver y comenzaron a cantarle al mismo tiempo –A mí me volvió loco tu forma ser, a mí me volvió loco tu forma de ser, tu egoísmo y tu soledad, son estrellas en la noche de la mediocridad…- ¡Shhtttt!
Justo en ese momento llegó Kendall. Bea se puso rojísima y Hannah comenzó a reírse. -¡Por favor! No vayan a decir nada, por favor, por favor, por favor.- Les rogó Bea. –Tranquila, somos una tumba- contestó Frida.
Kendall se acercó a saludarlas -¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan roja?- Le preguntó a Bea –Nada, nada. Tengo que irme ya. ¿A qué veniste tú?- le contestó ella. –Perdón, no pensé que te molestara verme- dijo en tono de burla.
-No, no me molesta, era sólo una pregunta- le respondió. –Bueno, respondiendo a tu pregunta, sólo vine a la regularización de Física, ¿Tú vas a quedarte?-
-No, tengo que irme ya, me están esperando. Sólo vine por un cuaderno, aunque sí me hace falta- dijo Bea nerviosa.
-A mí me volvió loca tu forma de ser, a mí me volvió loca tu forma de ser…- comenzaron a cantar Hannah y Frida –Bueno, adiós- se despidió Bea, y se dio la vuelta. -¡Oyee!- le gritó Kendall -¿Por qué no te quedas? si quieres después te acompaño a tu casa, para que no te vayas sola- Ya estaba a su lado de nuevo, pero ella no dejaba de avanzar.
–No, no es eso, es que tengo cosas que hacer, voy a salir- Era mentira, pero quería evitar estar mucho tiempo con él por el momento. –Así que tienes una cita…- le dijo él entre risitas
-Nadie habló de una cita, saldré con mi mamá.- Se rio y volteó los ojos graciosamente.
-Oh, así que la afortunada es tu madre- Ambos comenzaron a reírse, ella se despidió y se marchó.
Pasó la semana en la que estaban suspendidos, regresaron a la escuela y todo era normal, risas, bromas pesadas, juegos entre amigas, y Bea… enamorada, más enamorada cada día.
Bea no solía ser una niña “cursi” o romántica, al contrario, no mostraba mucho sus sentimientos, incluso a veces llegaba a ser hostil, hasta que algo la hizo cambiar, no sabía qué, ni por qué, pero comenzó a serlo, era chillona, se emocionaba con cualquier cosa, y se hacía ilusiones muy rápido, era patética.
Pasaron los días, los meses y todo seguía normal, Bea y Hannah seguían como si nada supieran, como si Bea nunca hubiera confesado nada.
Llegó el 12 de marzo, cumpleaños de Hannah, y entre todo “su grupito” le hicieron una sorpresa, compraron un pastel, le cantaron las mañanitas, e hicieron esas ñoñerías que suelen hacer cuando es cumpleaños de alguien, pero la celebración continúo, pues dos días después, el 14 era cumpleaños de Kendall. Igual que a Hannah, le compraron un pastel, Lía le preparó un cartel enorme, lleno de fotos de ellos, frases que en algún momento fueron especiales para ellos, y otras cosas igual de cursis, Jean, su mejor amigo también le dio un regalo, Hannah y Frida no fueron la excepción, y Bea no sabía que regalarle, tiempo atrás ya había pensado en algunas opciones, pero realmente nada le convencía, no podía darle cualquier cosa, pues él no era cualquier persona, tampoco quería darle algo comprado, prefería hacerle algo ella misma, así que optó por regalarle un cuaderno lleno de frases, dibujos, canciones, y esas cosas que los “amigos” suelen regalarse. Forró el cuaderno con imágenes y recortes de bandas musicales, actores, actrices, o escenas de películas que sabía que le gustaban a Kendall, y pasó mucho tiempo haciéndolo. Se disculpó con Hannah, pues a ella no le había regalado nada especial; Hannah no se enojó, como esperaba Bea que lo hiciera, al contrario, la reacción de Hannah la sorprendió muchísimo. Después Hannah le explicó que ella entendía lo que Bea sentía por Kendall, y a pesar de no estar completamente de acuerdo (Porque él era ex novio de Lía), apoyaba la decisión y los riesgos que Bea tenía por delante.
Cuando todos empezaron a darle sus regalos a Kendall, Bea esperó, no quería dárselo frente a todos, así que le habló aparte y se lo dio, Kendall lo abrió emocionado, y comenzó a leerlo, sólo sonreía y Bea se enrojecía más con cada sonrisa. -¿No puedes leerlo en tu casa?- Le dijo apenada. –En mi casa, aquí, ¿Qué más da?, muchas gracias, es un muy lindo detalle.- dijo él mientras le daba un abrazo. Terminaron de comer el pastel, recogieron todo lo que habían puesto en la mesa, y siguieron con sus clases. Bea, no podía dejar de sonreír, ni de ver a Kendall, que estaba en el asiento de enfrente. En ese momento lo veía perfecto, su cabello con el largo perfecto para no verse femenino; su sonrisa enorme con los dientes perfectamente alineados; su nariz tan perfecta, su olor tan peculiar, sus labios gruesos, su voz tan grave, pero ronca a la vez, todo en él estaba increíblemente bello para los ojos de Bea. De un momento a otro pasó de no sentir mucho, a sentir un remolino en su estómago, unas enormes ganas de parase junto a él y besarlo como en las películas románticas que le gustaba ver cuando era pequeña, en el fondo podía escuchar la voz de la maestra dando su clase, pero su mente estaba en blanco, sólo un pensamiento retumbaba en ella: Kendall. Kendall. Kendall. Es perfecto. Kendall. Kendall.
Durante los siguientes meses, le costaba cada vez más trabajo dejar de verlo, dejar de hablar y reír con él, era imposible que nadie se diera cuenta, pues ella no podía ocultarlo más, estaba enamorada, enamorada de su amigo, enamorada del ex novio de su gran amiga. Bea no hacía otra cosa más que imaginar su vida a lado de Kendall, de momentos, también imaginaba la reacción que tendría Lía al saber que su amiga estaba enamorada de su ex novio, y eso la aterraba, por esa razón prefería mantener su secreto.
Llegó el mes de “La muestra pedagógica”, y tenían que hacer un trabajo en equipos para la clase de inglés, Bea y Kendall tenían un inglés un poco más avanzado que sus compañeros, pues tomaban clases particulares, y se encargaron de hacer los diálogos, mientras Lía, Hannah, Jean y Frida hacían la escenografía. El trabajo era representar todas las costumbres, comida, ropa y cosas típicas de algún país, o ciudad a ellos les tocó Alaska, pasaron dos semanas preparando su proyecto, y un día antes de la muestra pedagógica pidieron un salón para montar su escenografía, y acomodar todo de acuerdo a los diálogos de cada una.
Ese día todos estaban muy divertidos. Como siempre se hacían bromas, se estaban espantando, ponían en internet videos, o cosas que sabían que les daba miedo. A Lía le pusieron un video al que le tenía mucho miedo, Bea se aterrorizaba al ver payasos, y le pusieron los cortometrajes de la película del payaso ESO. A Kendall, no le daban miedo, le daba asco, le tenía fobia a las serpientes, y Bea le puso en la pantalla la imagen de una serpiente de cascabel.
Ese día Bea tenía que hacer un exámen que no había hecho en la fecha marcada, así que mandaron llamarla de la dirección y se marchó.
Terminaron de poner la escenografía y también subieron a su salón a seguir con sus clases, mientras Bea estaba en su exámen, sintió que vibró su celular, pero no podía sacarlo, pues se lo recogerían. Cuando terminó y entregó su exámen, revisó el mensaje, y se sorprendió al ver de quién era.
“Mucha suerte, saldrás súper bien porque eres muy inteligente.
Te quiero♥ -Kendall”
No podía dejar de sonreír, subió a su salón, y la clase estaba ya por terminar, pasó a su lugar, y al pasar junto al lugar de Kendall, sólo le sonrió y en voz muy baja le murmuró “Gracias”.
Kendall le había contado a Bea, que estaba interesado en una niña de la escuela: “Fanny”, ella era de el grupito con el que habían hecho un amistad, era muy amiga de Paul. Kendall comenzó a llevarse cada vez mejor con Fanny, pasaban mucho tiempo en la escuela platicando y haciéndose bromas, ya todos habían notado que se gustaban, pero ellos no se decían nada. Un día Kendall le platicó a Bea que se le iba a declarar a Fanny. Bea estaba triste, pero aún así le dio consejos a Kendall para que lo hiciera de una manera romántica.
Al siguiente día, Kendall llevó un café de Starbucks, y un muffin para Fanny, pues sabía que era su desayuno favorito. Le pidió ayuda a Jean para pegar unos pequeños corazoncitos de papel por toda la escuela, hizo 15 sobres, y se los entregó a 15 personas diferentes, cada uno tenía una pista, por ejemplo, el primer sobre decía: “Baja a la cafetería y pide el desayuno de la niña más linda del colegio”, él ya se había encargado de ir con la encargada de repartir la comida y darle el desayuno que era para Fanny, también le había dejado otro sobre, y así fue con cada uno de los sobres, hasta que llegó con el sobre 14, que decía: “Ahora pregunta quién es el número 13 de la lista en cuarto grado, y ve hacia dónde él está”.
-¡Hey, Bea! ¿Quién es el número 13 de lista en tu salón?- Le preguntó Fanny entusiasmada.
Bea, que ya había visto la sorpresa que tenía Kendall para ella le respondió –Yo que sé- Sonaba molesta, claro, pues estaba celosa. Fanny lo notó, así que fue a preguntarle a Jean, él sí le contestó: “Es Kendall, y me parece que está en el auditorio”.
Fanny agradeció y corrió al auditorio, en dónde estaba Kendall parado, con una flor en una mano, y en la otra un sobre. Fanny estaba agitada, pues había corrido hasta ahí para verlo. Kendall la abrazó, le dio la flor y le entregó el sobre, Fanny desesperada lo abrió y encontró un papelito: “Mira detrás de él”
Fanny rodeo a Kendall, a su espalda, estaba una caja de regalo con papelitos de muchos colores saliendo, un oso de peluche enorme, y una pancarta que decía “ME FASCINAS”. Fanny se quedó sin palabras, Kendall sólo sonreía y la abrazaba. Volteó a la entrada, y en la puerta, estaba recargada Bea con una lágrima sobre su mejilla, sólo le sonrió, y él pensó que lloraba por él, que se le había hecho un lindo detalle, pero jamás imaginó la verdadera razón. Kendall y Fanny salieron tomados de la mano, como si fuesen novios, esto le partió el corazón a Bea, pero fingió que nada pasaba.
-Que linda pareja harían- dijo sarcásticamente, él se dio cuenta de su tono burlón y sólo le lanzó una mirada hostil. Ella se encogió de hombros y se echó a correr hacia su salón.
Kendall pasó toda la mañana con Fanny, cuando llegó a su salón fue a contarle a Jean, y poco a poco se fueron juntando los demás, excepto Bea y Lía. Bea salió del salón, y Lía estaba platicando con otras niñas. Kendall salió a buscar a Bea para contarle, y también para reclamarle por el comentario que había hecho, cuando la encontró le gritó para que ella volteara, pero ella hizo caso omiso y siguió caminando, él pegó un salto y estaba ya incorporándose junto a ella. –No puedo creerlo, no esperaba esa reacción de Fanny- dijo él con un tono de felicidad –Ah mira, que bien- respondió ella seca –¿Acaso no te alegras por mí? Creí que éramos mejores amigos- dijo él indignado. –Uy sí, ¡Que felicidad!- contestó sarcásticamente –¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué estás tan molesta?- preguntó Kendall –¿Molesta? ¡Para nada!- Bea evitaba mirar a Kendall.
-Está bien, creeré en ti- intentó abrazarla, pero ella extendió las manos, negándose al abrazo -¡No me gustan los abrazos! ¿Qué no me conoces?- dijo ella. –Últimamente estás de un humor, que ni tú te soportas- Kendall se dio la media vuelta y se dirigió a su salón de nuevo. Bea se quedó ahí parada, cuando vio a Kendall alejarse, se echó a llorar.
Tocaron para el cambio de clase, ella limpió sus lágrimas y fue a su salón, quería que todo siguiera normal. En la tarde, habló con Kendall, y arreglaron las cosas, ella dijo que había tenido una mala semana, pero que él no era culpable de nada, le mintió.
El año estaba ya por terminar, y Kendall ya estaba seguro de que era su último año en la escuela, se cambiaría para seguir su preparatoria en otro colegio, así que quería aprovechar mucho el tiempo que le quedaba con sus amigas. Lía intentó regresar con él, pero él le decía que prefería esperar para saber si era realmente la persona con quien quería estar.
En ese tiempo, Bea comenzó a hablar más con él, hablaban todo el tiempo, en la escuela muchas veces lo hacían por mensaje, cuando estaban lejos; cuando salían de la escuela, también hablaban por Facebook, podían hablar de cualquier cosa, cosas importantes de la escuela, o cosas que de plano no tenían ningún sentido, pero nunca dejaban de hablar.
El ciclo escolar terminó, era el último día, cada alumno tenía que ir con sus papás a recoger boletas, fue la salida de las niñas de último grado, y la entrega de papeles. Los papás de Bea, y de Kendall aún no llegaban, así que se sentaron a platicar, Kendall sacó su celular, escribió unos cuantos mensajes, y lo dejó a su lado.
-¿Y tu amiguita Fanny?- Bea volteó los ojos al decir “Fanny”
-No lo sé, creo que no fue una buena idea decirle que me gustaba, ni siquiera sé si realmente me gustaba, o sólo era un capricho.
-¡Que patán te escuchaste!
-Perdón, pero sé que puedo contártelo, ¿O no?
-Claro que sí, entonces… ¿No pasó nada entre ustedes?
-Amistad, sólo eso.
-Me da gusto, la verdad, me caía muy mal, no era para ti.
Ambos se rieron, Kendall tomó su celular y comenzó a tomarle fotos a Bea, que no se daba cuenta.
-¡Hey, sonríe!
-¡Oye no!- Se tapó la cara con las manos, y volteó la cabeza.
-Ya fueron como 5, ¿No te habías dado cuenta?
-Soy muy distraída. ¡Borra eso! ¿Crees que no me da pena?
-Okay ya, relájate- Kendall hizo como que borraba las fotos, pero no las borró. Bea, que sí era muy distraída no se dio cuenta.
Llegaron a la escuela los papás y las primas de Kendall.
-¡Por fin!, pensé que no vendrían- dijo él dirigiéndose a su mamá.
-Hola- Saludó su mamá a Bea.
-Y, no vinieron solos…- Kendall vio entrar a sus primas.
-Hola Kendall, hola… novia de Kendall- saludaron las primas.
-No, no, yo no soy su novia- “Bueno fuera” pasaba por la cabeza de Bea. –Sólo es mi mejor amiga- añadió él.
-Bueno, ya están tus papeles. Hasta luego jovencita, despídete Kendall- Su padre era demasiado serio, estricto, era mayor que su madre, eso era evidente.
-Hasta luego… Bea, ¿Cierto?- Bea extendió la mano para estrecharla con la madre de Kendall.
-Sí, Bea. Hasta luego, señora-
-Bueno, creo que no fue un buen día para mi papá, tengo que irme ya. ¿Hablamos al rato? Y.. ¡Hey! Tenemos que salir en las vacaciones por tu cumpleaños, bueno, me refiero, todos, no solo nosotros. Este… Adiós- Le dio un beso en la mejilla a Bea y salió corriendo tras sus padres.
Bea notó lo nervioso que se puso Kendall, y eso hizo que comenzara a soñar despierta. El cumpleaños de Bea se acercaba, a ella no le gustaba que su cumpleaños siempre fuera en vacaciones, se sentía sola sin sus amigos. Siempre había querido que le hicieran alguna ñoñería de las que se hacen en los cumpleaños, pero nunca le tocaba.
Cuando Bea llegó a su casa, ya tenía un mensaje de Kendall, y comenzaron a platicar, hubo un momento de la plática en que Bea se molestó, y de nuevo, por celos.
-¿Saldrás de vacaciones?
-No, no saldré, no por ahora, dentro de un mes, me supongo.
-Yo sí, iré a ver a Fanny, mi amiga que vive en otro estado.
Bea sentía celos de su amiga, pues ella fue una de las razones por las cuales terminó su relación con Lía.
Así siguieron platicando día a día, hasta que un día, iba a ser el estreno de una película que ambos querían ver. Tenían tantas ganas de verla, que quedaron en ir al día siguiente a verla. Eran las 4:30 am, y ellos seguían hablando.
Al día siguiente, Bea estaba muy emocionada porque vería a Kendall, y también por la película.
Quedaron de verse a las 11:00 en el cine que está cerca de la casa de ambos. Dieron la 1:00 pm y Kendall aún no llegaba. Bea estaba desesperada, estaba a punto de irse cuando alguien por detrás le tapo los ojos.
-¿Quién soy?- Su voz era inconfundible.
-¿Quién te crees? ¿Pensabas dejarme plantada?- respondió molesta –Llevo más de 2 horas esperando-
-Lo siento, hay muchísimo tráfico, y antes de venirme tuve que escuchar los gritos de Lía
-¿Por mi culpa? Cuánto lo siento, le dije que era sólo en plan de amigos, incluso la invité.
-Tranquila, no es culpa tuya, es ella, y sus patéticos celos, ya ni siquiera somos novios, era muy controladora pero olvidémosla ¿vale?- le dijo él en un tono dulce –Mejor hay que ir por los boletos, o se agotarán-
-Ya se pasaron dos funciones desde que llegué-
-Ya pedí perdón, pero si quieres lo hago mil veces más- dijo apenado
-Tranquilo, ya te dije que no pasa nada, solo bromeaba- le dijo Bea en un tono aún más tierno y dulce.
Fuero a comprar los boletos para la función, aún faltaba media hora, así que decidieron ir a comer algo, él tenía muchísima hambre, pero a ella se le quitaba con tan sólo verlo. Caminaron por la plaza, y llegaron a la comida rápida.
-¿Qué se te antoja?- le preguntó Kendall
-No, yo desayuné bien, come tú.-
-No comeré nada hasta que tú elijas algo- dijo él mientras se acercaban a la pizzería.
-Así que quieres pizza- Bea se rió dulcemente. -¿Y tú?- preguntó el.
-Ya te dije que nada.-
-Tienes que comer algo, anda-
-Ahorita, lo prometo.-
-Está bien. Por cierto, yo quería preguntarte algo- La cara de Bea se iluminó, y mostró una sonrisa enorme y deslumbrante.
-¿Qué?- Intentó quitar la enorme sonrisa de su rostro, pero era inevitable.
-Me dijeron que te gusta alguien, alguien de nuestros amigos- ella se puso muy nerviosa- ¿De… de nuestros amigos?-
-Sí, eso me dijeron. Ya dime, ¿Quién es? ¿Jean? ¿Paul?- a Bea le llegó el recuerdo de Frida y Hannah cantando esa canción “A mí me volvió loco su forma de ser, a mí me volvió loco su forma de ser…”
Se formaron para pedir la pizza de Kendall y después se fueron a sentar. Kendall terminó su pizza y regresaron a los cines, de camino él le dijo –Prometiste que comerías algo, ¿Qué quieres?-Bea se arrepintió de haber dicho “Lo prometo”. –Una malteada- ¿Sólo eso? Yo quiero un helado.
Se dirigieron hacia los helados y él pidió la malteada y su helado. Bea intentaba sacar su cartera, pero él cerró su bolsa y sacó la suya. Ella intentó forcejear, pero era inútil, él tenía mucha más fuerza. Pagó y se fueron. Cuando entraron al cine, ya no querían nada de la dulcería, así que se pasaron directo a la sala, que ya estaba llena. Pasó la película, y ella en todo momento volteaba a ver las expresiones de Kendall. Le encantaba, estaba completamente enamorada de él, pero era su mejor amigo, no podía arruinar su linda amistad. Tenía unas ganas enormes de besarlo, pero sabía que él podía reaccionar de dos maneras: besarla también y comenzar una linda relación, o negarse y arruinar su amistad.
La película terminó, y ella no sabía si eso era bueno, o no. Ya quería alejarse de él, no sabía si podría resistirse más, pero no quería dejar de ver sus ojos, su rostro, no quería dejarlo ir.
Cuando salieron del cine, ya era tarde, y Kendall fue a dejar a Bea al estacionamiento, en dónde la estaba esperando su papá, saludó, y en seguida se despidió. Se dio la vuelta y se marchó.
Cuando llegaron a sus casas se mandaron mensajes, y de nuevo comenzaron a hablar toda la noche. Él le dio las gracias por un día increíble, y ella a él también. Él siguió preguntándole quién era el que le gustaba, y ella le dijo: “Te diré cuando tú me digas quién es tu “ella” de la que hablas tan bonito, y que dices que es perfecta para ti.”
Y así se siguieron preguntando toda la noche, todos los días.
Se hablaban tan lindo, quien viera sus mensajes no creería que eran sólo amigos, pues parecía más una relación en pleno enamoramiento.
Era 9 de julio, el 10 era cumpleaños de Bea, 11:59 pm y ella ya estaba dormida, pues Kendall estaba de vacaciones, había ido a visitar a sus abuelos.
-¿Bueno?
-Hola, perdona si te desperté, son 11:59, estás a un minuto de cumplir 17 años, y espero que sea el mejor año de tu vida, que tengas muchísimas cosas buenas, que pases muy padres momentos, que vivas muchas experiencias diferentes y nuevas, que tengas muchísima salud, que sea un año especial. Quiero que sepas que eres especial, que te quiero muchísimo, que jamás imaginé poder formar algo así con alguien, que me has enseñado muchas cosas, que te has convertido en tantas cosas…
-Te…
-Calla, sólo escucha. Eres lo mejor que podrá pasarle a alguien en la vida, la persona que logre tenerte en su vida, será el hombre más afortunado del mundo, ten por seguro que jamás dejaré que nadie te haga daño, jamás te haré daño, estoy, y estaré siempre aquí para ti, para lo que necesites, para golpear a quien se atreva a tocarte un solo cabello, para ser siempre el hombro en el que puedas recargarte, para ser siempre tu protector. Ahora son las 12:00. Hoy es tu día, disfrútalo al máximo.
Antes de que Bea pudiera contestarle algo, él colgó el teléfono, ella intentó llamarlo a su celular, pero la enviaba directamente a buzón, le mandó un mensaje por Facebook, pero no tenía internet, pues estaba en medio de la nada, en casa de sus abuelos.
Bea valoró muchísimo el detalle que tuvo Kendall con ella. Él regresó a su casa el 19 de julio, pero por desgracia ella saldría de vacaciones el 18, así que no podría verlo, pero le hizo saber que su llamada y lo que le dijo le gustó muchísimo, y la hizo muy feliz.
Cuando Bea regresó de sus vacaciones era 31 de julio, había extrañado muchísimo a Kendall, así que en el momento en el que llegó a casa le envió un mensaje, pero él ya estaba de nuevo de viaje, con Fanny. Eso le molestó un poco a Bea, pero no le dijo nada, lo había extrañado mucho, y no quería discutir con él, sólo quería saber cómo estaba, decirle que lo había extrañado muchísimo. Hablaron toda la mañana, y ella era muy feliz, él le dijo que saldría con la familia de Fanny, pero que volverían a hablar en la tarde.
Mientras Kendall estaba fuera, con Fanny y su familia, Bea ya no aguantaba más, así que decidió mandarle un mensaje diciéndole todo lo que sentía:
-“Hola, sé que es raro, no sé exactamente por dónde empezar, o cómo decírtelo. No sé cómo, ni porqué, pero pasó. De pronto un día empiezas a llevarte más con una persona, pasan muchísimas cosas, te da muchísima confianza, se convierte en una persona con la que puedes ser tan clara y transparente como el agua, luego te das cuenta que lo que sientes por ella, o él es cada día más grande, es imposible dejar de sonreír cuando lo tienes cerca, reírte de sus chistes, ser resplandeciente a su lado. Kendall, me gustas, me gustas muchísimo, intenté mantenerlo en secreto lo más que pude, pero no soporto más, creo que ya muchas personas se dieron cuenta. El día que nos suspendieron llegué a la escuela, y les confesé a Frida y a Hannah que me gustabas, que no sabía por qué, pero me gustabas, y fue por eso que empezaron a cantar esa canción “A mí me volvió loco tu forma de ser…”, después empecé a tratarte más y ya no tenía ninguna duda, estaba enamorada de ti, de tu sonrisa, de tu voz, de ti por completo. Espero que esto no afecte nuestra amistad, sólo quería que lo supieras. Te amo, por y para siempre.♥”
Kendall contestó mucho antes de lo que Bea esperaba, quince minutos después Bea ya tenía una respuesta, estaba muy nerviosa, no sabía si leerla o no, las manos le sudaban, el corazón le latía fuertemente, y se moría de ganas de leerlo, pero tenía miedo de que la respuesta no fuera buena. Por fin se armó de valor y lo abrió.
“Te apuesto lo que quieras a que estás rojita, y ¿sabes?, no sabía cuánto tiempo más tenía que esperar, ya lo sabía, desde hace… algún tiempo, la verdad soy muy torpe como para haberme dado cuenta por mí mismo, me tuvieron que decir pero no quería que pensaras que sería igual que con Fanny, o que lo arruinaríamos como me pasó con Lía, contigo es especial, eres mi mejor amiga, y te amo muchísimo, y como te dije el día de tu cumpleaños, estoy y estaré siempre para cuidarte, no me podría perdonar que te lastimara yo, o alguien por culpa mía. Y… no, no, esperaré hasta verte para que salgan las cosas como las planeo, o quiero que pasen. Muchas gracias por decírmelo, y ten por seguro que no cambiará, y si lo hace, será para bien.”
La respuesta fue mejor de lo que ella esperaba, así que ya pudo hablar con él, aún se ponía nerviosa, aún se enrojecía, pero estaba más que feliz.
-“¿Rojita? ¡Por Dios! Parezco un camarón. ¿Ya lo sabías? ¿Desde cuándo? ¿Quién te dijo?”
-Para tu suerte soy fan de los mariscos.♥ Sí, me lo dijo Maexi, la primera vez que me lo dijo fue un día antes de la muestra pedagógica, cuando estábamos montando la escenografía y tú fuiste a hacer tu exámen. Pero realmente no le creí, así que empecé a querer confirmarlo por mí mismo, también me dijo lo de la canción, y que para que Lía no se enterara que era yo, Hannah y tú me habían apodado “Machote”, me dio mucha risa. Pero me aseguré que era yo, porque un día que te estaban cantando la canción, yo empecé a cantar y tú me dijiste “Cállate, tú no, tú no puedes cantarla”, después en clase de Artes, mientras hacíamos bocetos, Hannah y tú comenzaron a platicar sobre “El machote” y yo “tenía audífonos” cuando escuché cómo le decían me reí, y Hannah se dio cuenta y me quitó un audífono para ver si estaba escuchando, pero me hice el disimulado, y escuché todo. Obviamente ese día no estaba Lía, por eso estaban hablando de eso.”
-¿Fue por eso el mensaje? Si fue así, déjame decirte que me alegró la semana entera, y en el instante en que lo leí fui la persona más feliz, tenía una sonrisa estúpidamente enorme. Y… ¡Oyee! Nos mentías, yo pensando que realmente escuchabas música y sólo escuchabas nuestras pláticas femeninas.
-Siempre las escuchaba, esperaba que ese día dijeras otra cosa, pero no, recuerdo perfectamente tus palabras: “Siento que cada día es más notorio, tengo miedo de que Lía se dé cuenta, pero no lo puedo evitar me gusta muchísimo.”Y de ahí no volví a escuchar nada tuyo, sólo escuchaba lo que les contaba Lía sobre mí, es increíble que me tache de patán, no sólo fue culpa mía, pero en fin, eso no me afecta ya.
Pasaban horas, días, incluso pasaron meses hablando todo el tiempo, aún más de lo que lo hacían antes, ninguno de los dos quería dejar de hablar, dormían hasta muy tarde, y al despertar el primer mensaje en responder, o leer era el de el otro, de verdad se amaban. Bea era feliz hablando con él, y él con ella. Kendall juraba que la amaba, que era ella a quien siempre había esperado. Eran patéticamente adorables.
Como era de esperarse, Lía se enteró y la reacción que tuvo les sorprendió a ambos, pero sabían que no era real, pues la conocían. Siguió actuando muy normal, llevaba una muy linda amistad con Bea aún cosa que le sorprendió a Kendall. Él la conocía perfectamente, y no quería meter cizaña entre ellas, pues no quería que Bea pensara mal de él, pero sabía que Lía no era tan linda como para actuar como si nada hubiera pasado. Kendall sólo le decía a Bea que anduviera con cuidado, y que se fijara bien en las personas en las que confiaba.
Lía comenzó a hablar pestes de Bea, a Kendall no se le hizo raro, en “ASK” (Una red social para hacer preguntas ya sea anónimamente o no) comenzaron a llegarle preguntas en anónimo a los tres, Kendall estaba completamente seguro de que era Lía, pero Bea no quería creerle, decía que ella era su amiga, que no podía hacerle eso. Kendall siempre pensó que Bea era muy ingenua en muchos aspectos aún, eso le daba ternura y le gustaba de ella, aunque muchas veces también le daba miedo que por eso alguien llegara a lastimarla. A Lía le llegaban preguntas sobre Kendall y Bea, cosas como: “¿Qué piensas de la relación de Kendall y Bea?” “¿No se suponía que Bea era tu amiga?” “¡Vaya amistades que tienes!” “Primero te engañaban con Fanny y después con tu amiga Bea” Incluso cosas ofensivas. Kendall siempre se molestaba, pues decía que las respuestas que Lía daba eran muy hipócritas.
A Kendall le llegaban preguntas como: “¿Quién es mejor Lía o Bea?” “¿Es cierto que tienes una relación con Bea porque no puedes superar a Lía?” “Vaya noviecita que te conseguiste, que le quita el novio a su amiga””Dicen que tu novia no sabe respetar las cosas ajenas”. Él no soportaba este tipo de preguntas, siempre defendía a Bea, y dejaba en claro que ellos no eran novios, pues no quería que siguieran ofendiéndola. Para él, Bea siempre fue una niña con muy buena educación y modales, le molestaba muchísimo que se expresaran tan mal de ella.
Bea siempre fue la más ofendida, y también a la que más le afectaban todo tipo de preguntas, se sentía mal al ver las preguntas que le hacía a Lía y a Kendall, y se sentía aún peor cuando veía las preguntas que le hacían a ella. La tenían en una categoría espantosa, la insultaban terriblemente, y siempre le mandaban cosas como: “¿En tu casa no te enseñaron lo que es una amistad?” “Lo bueno es que Lía era tu amiga”, lo que más le dolió, fue una pregunta que le llegó un día “Te quejas de las personas sin valores y tú le quitas el novio a una de tus mejores amigas”. Ella se sentía culpable, por momentos creía que todo lo que le ponían era verdad, se sentía la peor persona del mundo, se sentía mala amiga, y realmente creía que había faltado a los valores que le inculcaron desde pequeña; Todos siempre le decían que no, que la relación de Lía y Kendall ya había terminado desde mucho antes, pero ella sabía que aún así, había estado mal enamorarse del novio de su amiga, pues cuando le gustaba, aún eran novios.
21 de Agosto. Era domingo, Kendall y Bea seguían hablando por mensaje, y por teléfono todo el tiempo, aún no eran novios, pero únicamente les faltaba el título, se amaban, se extrañaban, Kendall la defendía y la respetaba, ella lo adoraba con su vida. Al día siguiente Bea entraba a clases, Kendall estaba atemorizado por la reacción de Lía al verla, pues aunque ella fingía estar bien, y pretender seguir con su amistad, él estaba completamente segura que todos los insultos y las cosas ofensivas en Ask, eran producto de Lía. Ese día en la noche estaban hablando, era la 1:45 am.
-Ya debes dormir princesa, mañana, mejor dicho en unas horas tienes que ir a la escuela.
-Sí, sí. Ya iré a dormir, pero promete que tú también lo harás.
-Lo prometo, si tu ya no contestas mis mensajes, no tiene caso seguir despierto.
-Está bien, mañana hablamos, te amo. ♥
-Duerme bien, sueña muy lindo. Te amo como a nadie en el mundo. ♥
Ya eran las 7:00am Bea sólo había dormido 4 horas y media, pero no sentía que eso le afectara, se despertó, se metió a bañar, se puso el uniforme y bajó a desayunar, cuando terminó subió a lavarse los dientes y por sus cosas. Tomó su mochila, desconectó el cargador de su celular y lo prendió. Ya tenía un mensaje de Kendall.
“¡Buenos días! Ya despierta bonita, ya es tarde y tienes que llegar a tiempo a tus clases, tendrás un lindo día estoy seguro, échale muchísimas ganas a la escuela desde el primer día, ya no hagas tanto desorden, no te rías mucho y no te metas en tantos problemas. Recuerda que te amo y que todo el día estaré pensándote. Te extraño princesa. ♥”
Sabía que su día estaría bien, pues ya tenía la motivación que necesitaba, salió de casa con una enorme sonrisa en el rostro y dispuesta a mantenerla todo el tiempo. Cuando llegó a la escuela se encontró con Hannah en el pasillo, ambas gritaron y corrieron a abrazarse, se habían extrañado muchísimo, ambas tenía un millón de cosas por contarse, Hannah no soportaba un segundo más con la duda, quería saber todo acerca de Kendall. Un rato después llegó Jean y las saludó, se dirigió con los chicos. Hannah y Bea esperaban a Lía, pero no llegó. Mientras esperaban al profesor vieron que habían niñas de nuevo ingreso, se acercaron a saludar, pero no les cayeron muy bien, sólo un chico, su nombre era Brandon. Fueron a presentarse con él, y él les respondió el saludo amablemente, comenzaron a presentarse y él les dijo su nombre, la escuela de la que venía y por qué lo habían cambiado. En eso llegó el profesor y la clase comenzó.
Brandon se llevó también muy bien con Jean, se hablaban como si se conociesen de antes.
A la hora de salir, Jean se asomó por la ventana, vio a su mejor amigo ahí sentado, afuera de la escuela, esperando a que saliera Bea. Le gritó y lo saludó, bajó corriendo con él. Bea no lo había visto, y Jean no le dijo nada, sólo a Hannah, y ella ya estaba emocionada por salir y ver la cara de Bea cuando lo viera ahí. Lo hicieron esperar, Hannah llevó a Bea al baño, le prestó perfume, le arregló el uniforme y le retocó la máscara de pestañas y el brillo labial que ella ya llevaba. -¿Qué te pasa? Pareciera que vas a llevarme a algún lugar- le dijo Bea.
-¡Ay! Sólo quiero que te veas linda, oye, jamás había notado lo linda que eres, “princesa”- Hannah se burlaba –No te vuelvo a contar nada- le respondió Bea.
Salieron riéndose a carcajadas, iban bajando las escaleras y al cruzar la puerta Bea alzó la mirada, ahí estaba él, recargado en la pared, tan perfecto como siempre. Sus cabellos se volaban con el viento, sus hermosos ojos café claro brillaban con el contraste del sol, y su sonrisa… ¡Por Dios! Que sonrisa tan más bella. Bea quedó perpleja, con la boca abierta, completamente feliz de verlo ahí. -¡Estás aquí!- corrió muy emocionada a abrazarlo –Te extrañaba tanto, y sabía que estabas aquí, no pude contener las ganas de venir a verte- él también la abrazaba fuertemente.
Hannah sonrió llena de ternura, Jean sólo los miraba. –Te extrañé tanto, tenía tantas ganas de verte, ¿Cómo sabías que saldría a esta hora?- Preguntó ella aún muy sorprendida y emocionada
-No soporté un día más sin ti Bee, y, en realidad no lo sabía, pero necesitaba verte, así que decidí venir desde las 12:00.-
-¿¡Desde las 12:00!? ¿Llevas más de dos horas aquí afuera?- Su rostro irradiaba ternura, sus ojos derramaban amor, su sonrisa era resplandeciente.
Llegaron por Hannah, Jean se despidió y se marchó y ellos seguían ahí, afuera de la escuela. Eran las 5:45 de la tarde, las horas habían pasado rapidísimo, Bea perdió la noción del tiempo.
-¡Por Dios! Tengo que irme, es tardísimo, en mi casa me esperaban a las 3:00- Su cara ahora era de preocupación. -¿Te llevo?- Preguntó él –No, no es necesario, ve a tu casa, llevas todo el día fuera, tus papás odiarán a la culpable- Se rió.
-Tranquila, fui a un curso propedéutico en mi nueva escuela, salí de mi casa desde las 7:30, diré que conocí a mis nuevos amigos, no pasa nada.
Kendall acompañó a Bea a la avenida, y cada uno se fue a su casa. En la noche ellos estaban hablando, ella mencionó a Lía.
-“No fue Lee”
-“¿De verdad? Ni siquiera lo noté.”
-“¡Uy sí! De seguro fue a la primera que buscaste”
-“¡BEA! No digas eso, sabes perfectamente que ella ya no es importante en mi vida.”
-“¡Cálmate! Era una broma.”
-“Pues no me gusta que bromees así”
Él obviamente estaba molesto, ella se disculpó y continuaron con su charla. Bea se quedó dormida a las 2:00 am. Y al día siguiente al despertarse lo primero que hizo fue responder el mensaje de Kendall, y disculparse por no contestar antes.
El 6 de Octubre se registró un temblor, no fue tan fuerte, pero tampoco leve, tuvo una magnitud media. Bea ya estaba en la escuela, Kendall también estaba en su curso propedéutico. En la escuela de Bea todos evacuaron las instalaciones, minutos después, cuando el temblor pasó regresaron a sus clases. Bea recibió un mensaje de Kendall:
-“Hola, ¿Lo sentiste? ¿Cómo estás? ¿Y Hannah, Jean y Lía?” Bea leyó el mensaje y sintió ternura y satisfacción al saber que Kendall había pensado en ella. Al momento de leer “Lía” en su mensaje, le dieron un poco de celos, pero se le hacía tonto, pues ellos eran amigos, y era normal que él se preocupara también por ella, pues había sido muy importante en su vida en algún momento.
-“Hola, no en realidad, sólo porque nos dijeron que estaba temblando, pero no sentí nada. Todos estamos bien ¿Y tú?”. Respondió Bea
-“Yo sí sentí, pues estoy en el último piso, a mí ya me dejaron ir a mi casa, ¿Tendrás clases aún? ¿O ya puedo pasar por ti?”
Cuando su celular vibró por la llegada del mensaje de Kendall, Bea lo abrió inmediatamente, esbozó una gran sonrisa al leer “puedo pasar por ti”, pero ella aún tenía clases, no podía salirse ya. Y le dijo que mejor se veían más tarde.
Bea les dijo a Hannah y a Lía que Kendall había preguntado por ellas. - ¡UY! Tengo que estar en riesgo para que se interese por mí- dijo Lía –Dile que no se preocupe, estamos bien, gracias por preguntar.- respondió Hannah en un tono amable.
Kendall se fue a su casa y ya no fue en la tarde por Bea, pues salió con su mamá.
Bea llegó a su casa y le mandó mensaje a Kendall, terminó el día y él no contestó. Al día siguiente en la mañana, ella le dio los buenos días, pero él no le respondió. En el transcurso del día ella esperaba un mensaje de él, pero eso nunca pasó.
Cuando ella salió de la escuela estaba él ahí afuera, esperándola. Ella salió corriendo, lo abrazó, pero él no mostró interés alguno. Bea estaba muy sorprendida por la reacción de Kendall.
-¿Estás bien?- Preguntó ella.
-Mejor que nunca.- Sonrío al responder, Bea siguió como si nada, platicaron, él le dijo que no había tenido tiempo de responder sus mensajes, pues había salido hasta tarde con su mamá, y llegó muy cansado, y todo el día había estado en la escuela en clases, trabajos, y tareas atrasadas, se disculpó y Bea entendió. Ese día después de despedirse, y al llegar a sus casas, siguieron con la charla normal.
8 de Octubre, Bea se despertó y le mandó mensaje a Kenn.
-“Hola, buenos días Kenn, espero que tengas un buen día, échale ganas a la escuela, te amo.♥”
-“Buenos días, tú también, igual.”
Bea se desilusionó un poco, pues el mensaje de Kendall no había sido como ella esperaba, pero pensó que había sido porque estaba presionado, o algo así.
Ese día, para Kendall fue, sin duda especial. Odalis, una niña de sus nuevas amigas de la escuela le declaró su amor, y le pidió que fuera su novio, él aceptó, no pensó ni un momento en Bea al decirle que sí. Bea, por supuesto, no lo sabía. Cuando llegó a su casa, y vio el perfil de Kenn, vio fotos, publicaciones, y la relación que ya tenía Kendall. Esto la devastó, lloró todo el día, y toda la noche, se sentía la peor persona. Sentía que había traicionado la amistad de su amiga, por nada, que nada de lo que habían pasado había valido la pena.
Recibió un mensaje de Kendall, pero no quiso abrirlo, le dolía, sentía que se quemaba por dentro, se sentía deshecha.
Dos semanas después, al salir de la escuela, vio afuera a Kendall, pero no estaba solo, estaba Odalis con él. Ella quería mostrarse fuerte, así que salió, lo saludó, pero no soportó, corrió con Hannah, y se echó a llorar, fueron lejos de él. Y a Bea, nadie podía controlarle el llanto, pues nadie sabía realmente lo que sentía.
Mientras más lo pensaba, más se arrepentía de haber pasado cosas con él, lo odiaba, tanto como lo amaba, lo extrañaba, pero se arrepentía de haber fracturado su amistad con Lía por él.
Pasó el tiempo, y Bea veía feliz a Kendall con Odalis, le dolía, le partía el alma saber que ella pudo ser quien lo hiciera feliz, pero se sentía bien, lo iba superando, nunca fueron nada, sin embargo, él fue la mejor historia de amor que ella ha vivido. ♥♥
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