Lo se... la perdí...
- Ditza A. Vázquez.
- 18 may 2015
- 4 Min. de lectura

Hace algún tiempo conocí a una chica, fue raro, pues la vi varias veces en el centro comercial, coincidimos unas pocas veces, hasta que un día decidí acercarme y pedirle su número, me acerque poco a poco, discretamente.
Le hable y enseguida note que no me miraba, le pregunte: ¿acaso te molesta mi presencia?
Ella respondió deprisa: ¡lo siento no note que estabas ahí!, lo que sucede es que, no puedo ver, soy invidente, pero hola, soy Osdana… osdana videl.
Sonrojado sonreí y dije: mi nombre es Luciano desde hace tiempo he notado que visitas muy frecuentemente en la plaza, ¿Qué es lo que más te gusta de ella?
Enseguida se aproximó a mí y me dijo: “me gusta oler las fragancias de la perfumería, imagino que cada una es un sentimiento…. Por ejemplo:
Los dulces – florales: para mí son la alegría y el amor
Los secos con olor parecido al de la madera son el enojo y la tristeza
Al oír esto, quede impactado, que, sin pensarlo ya estaba planeando una cita con ella.
Mis amigos me preguntaban: ¿Qué le viste?
A lo que yo respondía (seguro y sin titubear): es hermosa, tiene un no sé qué, que, qué se yo, que la hace tan especial a pesar de su imposibilidad es tan…. Ahhhhhh….!!! (De mi salió un suspiro tan profundo, que me regreso a la realidad.)
Llegó se el día de la cita, aun lo recuerdo muy bien como si lo hubiera grabado y se repite constantemente.
Bueno pase por ella a su casa iríamos a cenar a un restaurant chino, atravesó el marco de la puerta, la mire, parecía una hermosa princesa, su cabello peinado en media cola, con rizos en las puntas, una chamarra de cuero, jeans y unas botas que combinaban con la chamarra.
Subimos al auto, lo encendí, durante el recorrido de mi salió un “luces hermosa”, acompañado de una hermosa sonrisa; ella volteo sonrientemente sonrojada.
Llagamos al restaurante, ocupamos la mesa, le leí el menú, eligió lo que quería cenar, ordenamos y durante la cena, por error tome su mano; lo raro fue que no la solté hasta que dijo: ¿disculpa, puedo terminar de cenar? Apenado solté una carcajada. Platicamos sobre distintos temas, al pedir la cuenta, ella, con su mano busco sobre la mesa hasta alcanzar mi mano, la tomo dulce y suavemente, después dijo: ¡gracias! Con una enorme y hermosa sonrisa en su rostro que resplandecía de hermosura.
Pague y nos retiramos del lugar.
De regreso a su casa, platicamos y tonteamos como verdaderos niños; al llegar a su casa nos despedimos y planeamos la siguiente cita.
Tras varias citas nos hicimos novios.
Semanas después me invito al cumpleaños de su hermano.
Ese día lo recuerdo…. Fue el más triste; ambos veníamos un poco tomados, justo ese día cumplíamos un año de relación, teníamos seños, planes, experiencias y mucho pero mucho amor por darnos.
Sus amigos ese día me decían tratando de convencerme: “nosotros los llevamos” a lo que yo respondí insistente y terco un:” NO”.
Yo manejo, estoy bien; Mauricio mi mejor amigo me pregunto: “¿la amas? Respondí entre sonrisas un ¡siiii!!
¿Entonces porque no la entregas bien he?? Pregunto en un tono un poco molesto.
Respondí molesto y con el ceño fruncido sosteniéndome de la puerta: estoy bien…!!! Vamos a llegar bien…!! Sanos y salvos, ya verás amigo.
Arranque salimos camino a casa de osdana, ella tomo mi mano que estaba en la palanca de velocidades, la apretó y dijo: ¿amor no crees que vas muy rápido?
Voltee y dije en un tono sarcástico:
No amor si nada más voy a cien….
Pero haciéndome tonto jajajajajajajajaja… reí a carcajadas y no vi ese muro…. Ese estúpido muro….
Me desmaye….
Entre sueños recuerdo oír algo de que ella había muerto al instante debido al impacto, y yo… to… yo sobreviví, llegue al hospital lograron salvarme…. En ese instante solo recordaba sus últimas palabras, ese susurro ese dulce y tierno “TE AMO”….
Lloraba al recordarlo, nada me importaba, solo quería estar con ella, cuando de pronto entro en mi habitación mi madre, me abrazo y me dijo ¿sabes que es lo más triste de la muerte de osdana?
A lo que yo conteste con la voz entre cortada y con lágrimas en los ojos ¿Qué?
Me miro, dijo con voz llorosa él bebe, estaba embarazada… tenía dos meses.
En ese momento sentí mi corazón romperse en mil pedazos, llore demasiado, me arranque la manguerita del suero, intente parame y no podía, mi pierna rota y mi golpe en la cabeza no me lo permitieron.
Días después fue la cremación; no pude ir pues seguía en observación.
Hoy me arrepiento de no haber hecho caso, de ser un necio, jamás pensé, que esa sonrisa sería la última que ella esbozaría y ese te amo el último que ella pronunciaría.
Planeo llevar acabo los planes que tenía con ella, como ambos hubiéramos querido.
Mi único consuelo es que, me hizo la persona más feliz del mundo.
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